jueves, 1 de agosto de 2013

Elogio de la canción. Parte I.

Nunca me senté a componer, a esperar que algo maravilloso salga de mi mente porque si. No existe tal cosa. Uno no se puede imaginar lo que no vivió.  
Solo quien conoce lo bello y lo oscuro puede pretender infiernos o paraísos.

Son miles las noches de angustia, miles las lagrimas, miles los amores perdidos que no son historias, sino sacrificios que forman parte de un pacto con la divinidad donde se intercambian pedazos de vida por estrofas y el alma por un puñado de estribillos.

Martín Avati.